2 de enero:
Cuando escucho su llamada sé que es él, porque él siempre llama a cobro revertido.
Ve, y haz algunos paisajes, susurra su voz al otro lado del teléfono. Su voz: dulce como el anís del mono y cálida como la mistela.
Él suele encargarme tareas menguadas: ora me pide ve y fríe algunos espárragos, ora me ruega ve y haz una de calamares. Jamás, y hasta hoy, me encomendó empresa tan sofisticada: Ve, y haz algunos paisajes, vuelve a decir su voz.
Su voz…, melosa como el ron de caña y chispeante como el gin de tónic.
¿Qué es un paisaje? ¿Los venden hechos? ¿Se comen? ¿Pagan bien…? Pero él, breve como la felicidad y morigerado como el salario mínimo interprofesional, ha colgado.
3 de enero:
He pasado la noche dando vueltas a la cama. De resultas tengo los bíceps hechos papilla y el parquet rayado.
Subo a la azotea a eso de las ocho y treinta de la mañana y para procurar relajarme. Aún no sé que es un paisaje, por lo que intento distraer mi atención tomando un par de fotografías de las vistas. Veo poco. Un mar de nubes oculta lo que no veo bajo mis pies, que es un océano de agua salada. Más nubes intentan ocultar el sol.
Punta Camarinal parece flotar y no diviso África. Supongo que algún insomne la habrá volteado durante la noche. Espero que no hayan rayado Tánger, tan perjudicada como está ya.
4 de enero:
Hoy descubro África. Barbate, y los meandros de su río brillan como los ojos de Berlusconi, pero con la diferencia de que el brillo del río es vivo y atractivo, y en sus orillas, aunque muy maltratadas, aún se posan miles de aves. Los ojos de Berlusconi brillan como pastillas de avecrem.
Ahora pienso que no debería haber comparado uno y otro brillo. Los ojos de Berlusconi, no brillan.
Aún no sé que es un paisaje.
5 de enero:
Salgo a dar un paseo. Camino hacia el oeste y para llegarme hasta un grupo de vacas sagradas que pastan bajo unos ventiladores colosales. Quizás las vacas sagradas puedan sacarme de dudas y decirme qué es un paisaje.
Nada. Ni caso. Ya no sé qué hacer para llamar su atención, pues ni el cante ni el baile parecen sorprenderlas. Tampoco han dicho ni mu cuando les grito que están feas de gordas y que son cornudas como caracoles. Parecen muy seguras de sí mismas, tan fresquitas como aparentan bajo sus ventiladores.
De regreso a casa me cruzo con un vecino. Sonrío y saludo buenos días tenga usted, pero él parece entender otra cosa y me manda a la mierda.
Bonitas vistas, pienso, a pesar de todo.
Entrada dedicada con cariño a un amigo que me llamó el 2 de enero y me dijo: feliz año nuevo. Sal, y haz algunos paisajes.
15 comentarios:
Cómo me gustó la primera imagen de las que nos regalas.
Mucho.
(...He pasado la noche dando vueltas a la cama. De resultas tengo los bíceps hechos papilla y el parquet rayado... :)
Te contesto agradecida a tus buenos días.
Besos.
Yo tampoco tengo idea de que es eso del paisaje, y presa de curiosidad me he apuntado a esto:
http://www.celistia.com/
Cuando sepa de que se trata, se lo cuento... resista amigo, son solo unos días!!!
La imagen, grano aparte (eso que ahora llaman "ruido") es muy fiel a la vista en vivo. Esa mañana el mar de nubes ue impresionante.
Las demás imágenes también son "jotapegés" sin apenas tratamiento.
me alegra que te gustase; tambén que encontrases la risa donde la hay, Martina.
:-)
Resistiré, Albert. Tuve noticias de la iniciativa de Celistia, pero me pilla lejos.
La verdad es que mi mujer me dijo ¿a que no tienes cojones para irnos a Barcelona ese día?
Pues no.
ya me contarás.
Muchas gracias.
:-)
Felicidades amigo, yo como Albert también asistire al celestico acontecimiento... ya le contaré.
Son unas fotos preciosas, veo que has comenzado bien el año, esa zona es preciosa,estuvimos pasando unos dias por allí el mes pasado.
continua paseando y contando historias..un abrazo .
Ah… estos lugares.
No sabes como los añoro y eso, que no los he visto con estas luces divinas de tus “paisajes” que son unas vistas preciosas.
Y cuando leo los nombres de los sitios siento unas ganas casi dolorosas de estar por aquella costa de la que estoy enamorada, desde que la vi por primera vez.
Me acuerdo la bajada de Vejer hacia Barbate a primera hora de la mañana con tantas garcillas blancas por todas partes.
Era una mañana que fue sola con el coche de mi hijo para ver la mar entre Barbate y Zahara de los atunes con marea baja. Me puse a caminar largos ratos absorbiendo el ambiente fantástico y disfrutando “pisando” el fondo del mar.
Pasado Barbate, donde se asomaba un montón de rocas que no se veían casi, cuando la marea era alta, recogí lo que aquí en Mallorca llamamos “piedras de Santa Lucía” (que son las tapitas de un caracol marino y llevan dibujado una espiral).
Lo único, que me sabía mal, que en aquella ocasión que viajé a Cádiz no me llevé la cámara de fotos.
Pues había ido de imprevisto porque mi hijo se había accidentado aterrizando con su parapente. Estaba ingresado en Cádiz y el siempre insistía, que no me pasase todo el rato en el hospital.
En total, estuve sola en su vivienda en Vejer y tenia su coche durante aquellos días.
Volveré, aunque sea en sueños.
Gracias por tus fotos de hoy.
Sobrevivirás, TreeHugger.
:-)
El mes pasado también estaba asomado a esa azotea. Lástima que no nos vimos, Mercedes.
En estos días, Erna, la línea de marea era un verdadero basurero. Y, por cierto, vi muy poca vida marina: un buen número de FRAGATAS PORTUGUESAS en la orilla, a lo largo de kilómetros. Si éste verano siguen por allí tendremos disgustos.
Una auténtico pasaje-paisaje del Génesis...bueno, del Neogénesis.
Saludos desde algún lugar.
Así que es ese tu secreto, eh? tienes quien te incite para plasmar en imagenes esos maravillosos paisajes... jejeje
Aunque los puntos de vista al fin y al cabo son de tu propia cosecha y eso también vale mucho.
Un abrazo.
Es cierto lo que anotas, Francisco javier, y aunque los límites de mi azotea y otras servidumbres me impidieran ofrecer una imagen mejor, su visión me revuelve la genética.
:-)
Estos mares de nubes son relativamente comunes en torno a El Estrecho de Gibraltar, pero esa comunidad no deja de sorprenderme cada vez que me despìerto y la descubro. Sí: algunas parecen genéticas y otras apocalípticas, diría.
Muchas gracias.
Mi secreto, Ars Natura, es no tener más anillos que los de enfoque y diafragma, pero es verdad que sin el empuje involuntario de ese amigo que me telefoneó, probablemente no me hubiese animado a hacer estas tomas; un poco granulosas, sí (que lo veo, ja ja ja) pero que pretenden invitar a salir.
Once abrazos.
;-)
Uhmmm! Siempre pensaré que vivo en el lugar equivocado. Quizá me decida a cambiar algún día.
Me gustó mucho la primera.
Y cuando cambies, Miazul, llegará un momento en el que pienses lo mismo.
No existen paraísos, creo.
Eres la hostia Paco collons! (collons no es un apellido, aviso)
Es que me descojono. ¿Ves como valía la pena salir a hacer paisajes?
Por cierto, ¿están hechas con el 105?
Me gustan mucho.
A.
Estas vistas dedicadas a usted y fruto de usted están maltratadas con el 40/150 de kit, sólo con el filtro protector (un densidad neutra, o algo, eché de menos) y en jotapejé casi como lo fríe la cámara.
El 14/42 no me servía, pues Marruecos queda lejos, además que me salían las azotéas llenas de medias, calzoncillos y bragas tendidas; un sueño.
No sé si te habrás dado cuenta, pero están hechas sin flash. (jo jo jo).
Abraçada.
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