Aún le quedan fuerzas e ilusión para seguir mostrando el encarnado y el verde que fue.
Se marcha discretamente.
Muere sin estridencias pasando del rojo al bronce y del verde al amarillo. Demostrando que el ocaso también puede ser bello.
Y siempre, útil.
8 comentarios:
Y quien diga que la muerte no es poética... Abrazos.
Hay veces en que los ocasos son bonitos, pero a mí me ponen triste...
Raiko y Mi Azul del Mar:
La poesía, como la muerte, es útil.
Claro que hay ocasos que entristecen, pero quizás deberíamos aprender a vivirlos en positivo:
Cuando suponen una liberación (no sabemos dónde nos lleva esa libertad, pero libera).
En fin... Creo que la manera más racional de sentirlo es entendiendo su utilidad.
¿Qué tendrá lo inútil para atraparnos tanto?
Atraparnos y devorarnos, señor Plo.
Por cierto, señor Plo: Me acordé de su persona cuando vi esta planta y su posibilidad de encuadre. Me recordó a una de sus tomas.
Últimamente tomar, tomar, sólo tomo anís con coñá.
No muere, se transforma.
Nada muere, todo está en contínua transformación.
La esencia no muere.
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