MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
la aristolochia baetica es bella

lunes, 29 de noviembre de 2010

minina salvajitud



Chalcophora o Mariana?

Si me encontrase en la indeseable tesitura de elegir entre Chalcophora o Mariana, no dudaría un segundo en inclinarme por la segunda. -Inclinarme, o lo que fuere menester-

Pero si me obligasen a elegir entre el efímero cosquilleo de un explore en flickr y el balsámico ronroneo de un gatito, me abandonaría a la seducción de una Chalcophora.

Y es que éste Coleóptero buprestidae me recuerda a los gatitos. Esos minos tan inquietos, y capaces de dibujarte una sonrisa, tanto si huelen una flor, como si aparecen acechantes, -diminuta ferocidad-, en el brazo de tu sofá.

Posa aquí Chalcophora con salvaje elegancia felina, y lo hace sin prejuicios sobre un escenario pintado con oxirón, al que dignifica como la aurora dignifica a la noche con sus pinceladas de luz.

Buenos días.


Nota: ...Y cuando puedo elegir entre desayunar con vocablos industriales o degustar aquellos que yo mismo puedo amasar y hornear, prefiero recostarme sobre el esponjoso bizcocho con aceite que acabo de mullir para el almuerzo.

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Orden: Coleoptera
Familia: Buprestidae
Genero: Chalcophora
Especie: mariana (Linneo)
ssp.: massiliensis (Villers)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Paravespula vulgaris



Paravespula vulgaris


¡¡¡¿Vulgaris...?!!!

Y luego nos quejamos de que nos piquen.

La avispa común también es conocida como Vespa.

¿Cómo se conoce a sus crías, pues?

¡¡¡¿Vespinos...?!!!

Yo, si a mi niño alguien me lo llama
Mobilette, me lo como.

En fin... Son las tantas y pico y tengo hambre, así que voy a picar algo.


jueves, 25 de noviembre de 2010

lestes, el bárbaro




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Lestes barbarus

Creo que es importante diferenciar entre fotografías tomadas en naturaleza, tanto de flora como de fauna, y según el destino y uso que queramos dar a estas.

Esta
Lestes barbarus, tal y como la ven en la segunda imagen, ha sido manipulada respecto de la primera: un jpeg un tanto pobre, y que si bien sirve para identificar al ejemplar, podría desmerecer en encuadre e iluminación, por mencionar dos factores importantes. Tampoco es que el resultado sea para tirar cohetes, pero sirve para ilustrar el ejemplo.

Como pueden ver, existen varias manipulaciones sobre la imagen original. A saber:

- He aumentado el lienzo en vertical, y para intentar un encuadre virtual, pero que se me antoja más equilibrado.

- He reconstruído ambas hojas, y también, con la intención de equilibrar el conjunto.

- He iluminado a
Lestes el Bárbaro con otra intención: la de aproximar sus tonalidades a las "reales" -La realidad que mi cerebro recuerda, que como otras realidades, son siempre subjetivas-.

Es probable que si no menciono la manipulación de las hojas, nadie se hubiese detenido a verificar su realidad o virtualidad
-se habrían entretenido más en los brochazos del ángulo superior derecho-. En el conjunto "estético" contribuyen a crear una ilusión, pero para un naturalista podría suponer una confusión.

Así, entiendo que es importante declarar, cuando hacemos fotografía en naturaleza, aquellas variaciones que practiquemos sobre un original. Más que nada porque, cuando vayamos al cielo, no nos reciba el santo Pedro entre risitas, y diciendo algo así...

- Vaya, vaya... Así que tú eres el graciosito que manipulaba natura... Ven acá pacá, salaete, que te quiero un recao....

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INSECTA PTERYGOGENEA
ORDEN ODONATA
Suborden Zygoptera
Familia Lestidae
Genus Lestes Leach 1815
Lestes barbarus (Fabricius, 1798)

lunes, 22 de noviembre de 2010

muchos pocos


El título hace referencia a una máxima que he escuchado en boca de numerosos comerciantes de productos al detalle:

Más vale vender muchos pocos que pocos muchos.

Será por eso que a estos mayoritarios vendedores se les conoce como minoristas
-qué contradicción...-


Lagartija tomando el sol en un sillón de la terraza de casa.

Acabo de leer algunas entradas en otros cuadernitos, casi todas dedicadas a arácnidos, y algunas comentadas con miedos por otros lectores: lectores que, recurrentemente, zanjan sus temores con un zapatazo, en lugar de con un intento de razonar.

Vivo rodeado de
muchos pocos: coleópteros, himenópteros, miriápodos, arácnidos, reptiles, anfibios, mamíferos... Una extensa lista de la que me gustaría destacar -me considero afortunado por poder hacerlo- musarañas, mirlos acuáticos, víboras, lagartos verdinegros, bufos gredosícolas, ardillas rojas -con perdón- arañas lobo, alacranes, procuradores en cortes -con más perdón-...
De esta lista inacabada, y excepto el mirlo acuático, la víbora, la ardilla y
el procurador en cortes, todos han entrado alguna vez en mi casa. Y no miento añadiendo, también en mi cama.

Puedo entender el temor de cualquier cristiano que, al ir a acostarse después de una dura jornada de oraciones, se vea sorprendido por
el siseo de un procurador en cortes(1*) emboscado entre sus sábanas. También entiendo la natural prevención -que no el terror- ante animales, algunos de ellos muy venenosos, cuyas picaduras, mordeduras..., podrían ser realmente dolorosas; desgraciadamente mortales, en algunos casos(2*).

Arañita disfrutando del paisaje desde una cortina de casa en un frío día de invierno.

Nunca me he planteado hacer estadística sobre encuentros fatídicos entre otros animales y nosotros, los humanos; pero en mi entorno diminuto, que es el que conforma mi devenir y razón en mayor parte, no he sabido de algún caso grave -lo cual no excluye su existencia- causado por la picadura, mordedura o contacto con otros animales, y sí mucha mitomanía respecto de su agresividad, tamaño, morfología, comportamiento...

Finalmente, y un tanto por amor irracional a lo que me rodea
-muchos pocos de vida- y otro por razonamiento local, pequeño, diminuto, sobrellevo los días pensando como los comerciantes detallistas: que más valen muchos pocos que pocos muchos.

(1*) Según algunas fuentes, extinguido. Aunque existen voces que aseguran que no se extinguió, sino que mutó en otra especie de apariencia similar, con andares menos gallardos pero no menos decididos.
(2*) La mortalidad por picadura en España es menor del 1%, siendo además el 50% de estas mordeduras asintomáticas. No perder de vista el punto 3 del enlace, dedicado a la mordedura humana.


domingo, 21 de noviembre de 2010

diminutos afectos

Bombylius Cuplé


Es la primera vez que observo a una pareja de bombylius así... "danzando" en pleno vuelo.

Se trata de un recorte al 100%, pues incluso... "danzando", siguen siendo muy desconfiados y difíciles de captar.

Podría parecer un reflejo, pero se trata, ya digo, de macho y hembra.

Tengo alguna toma mejor, pero en posición de descanso*.

Una curiosidad.

*Anotar que bombylius no fuma después de bailar.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

en el fondo, hay sitio


En el fondo hay sitio.


Tres puntos de vista diferentes, en una misma sesión, para éste precioso insecto.

El 2º

El 3º

Cuando existen posibilidades para moverse en torno al sujeto a fotografiar, tanto el fondo como la incidencia de la luz -natural y dura, en éste caso- juegan un papel importante; tanto que un mismo sujeto podría contar historias diferentes.

Todas las imágenes están tratadas con un editor, aunque no existen retoques de forma; sólo niveles de luz, contraste, y un chorrito de filtro de enfoque que me regaló una prima mía que usa minifaldas y monta en bicicleta.

De haber usado flash para captar estas imágenes, es probable que hubiese sido necesario otro tipo de edición. También es probable que yo no tuviese que haber iluminado el dorso -en la imagen principal- mediante software, sino con un toque de luz eléctrica dosificada con electrónica.

Cuando hice Teatro, me tocó, entre muchas otras labores, montar baterías de focos para iluminar a los actores; miles de vatios que, dirigidos convenientemente, podían emular si era necesario, a la luz del sol, pero nunca igualarla. Si bien es verdad que la mayoría de ambientes dramáticos son imposibles de conseguir a plena luz de sol.

Lo que no me gusta del flash, de la pobre experiencia que he tenido con éste, de las muchas imágenes que he visto tomadas con él a excelentes fotógrafos, es que, finalmente, me ofrece imágenes... cómo diría para que nadie se sienta ofendido... imágenes a las que les falta parte del sol, quizás, y le sobran brillos que no termino de asimilar, por muy matizados que estos estén.

Pero algún día, usaré flash...


Ya saben: Al fondo hay sitio. En el fondo, siempre lo hay.

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Clase: Insecto
Orden: Orthoptera
Familia: Tettigoniidae
Género: Tettigonia
Especie: Tettigonia viridissima Linnaeus, 1758

martes, 16 de noviembre de 2010

la araña hortelana y el fotógrafo acordeonista



El guardián de los frutos.

Se me ha ido la mano con el título. La mano se me va mucho ultimamente. Supongo que tiende a huir traumatizada por el encuentro, mano a mano, que tuvo con esta araña que ven aquí.

¿La ven? No la pierdan de vista; no fuera que, mientras ustedes leen, ella descienda para emprender quiromántica aventura.

Esta "pequeñez" -cuyo tamaño no voy a desvelar, y por evitar desmayos-, subió a una de mis manos mientras yo intentaba asír una extraña fruta.
La araña hortelana se apresuró che che che ande vas tú estate quieto con las manitassss para advertirme que estaba invadiendo su terreno e intentando robar una de sus golosinas.

Me hice el tonto -no me supuso gran esfuerzo- e hice mía su voluntad cuando en un arranque de inspiración vino a manar de entre de mis labios el siguiente poema metacarpiano:

que mire usted
que si es malo robar
es más peor pedir....


Oye..., mano de santo....
Fue manarme el poema y la araña regresarse fis fis fis a sus urdimbres, dejando así indemnes mis falanges falanginas y falangetas.

Y tan amigos. Tanto que ella quiso dedicarme esta tonadilla.

vale por esta vez
pero que no se repita
y que ni se te ocurra tocar el acordeón
porque si tocas el acordeón...
entonces ya estamos hablando de palabras mayores.


Y esta es la historia de la araña hortelana y del fotógrafo acordeonista.

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Nota: Disculpen si la fotografía parece tomada con flash, pero solo se trata de luz natural.
;-)
Desconozco la especie. En cuanto sea identificada me pondré mano con mano y editaré el resultado




lunes, 15 de noviembre de 2010

el descanso de los burriagosos


Fly queen

En la entrada anterior, y como tengo casi por costumbre, pegué una fotografía y, seguidamente, escribí un texto a VUELAPLUMA -como estoy escribiendo ahora-.

Cuando iba por la enésima burriaga, me acordé de Luis García Berlanga, y fue entonces cuando se me ocurrió regalarle esa serie de mejillas sucias descritas sin esfuerzo ni meditación, pero, seguramente, escondidas en algún lugar: entre mis jaretas o en el dobladillo de un pantalón; en el cuello de una camisa mal planchada, o rechinando en el fondo de un zapato. No sé. En algún lugar.

Después de publicar la entrada y antes de saber de su muerte, quise encontrar sentido a la dedicatoria -el sentido primero, es que fue sentida, porque Luis me gusta mucho como persona, que no es poco- , y aunque muy difuso, lo hallé en las burriagas.

Luis García Berlanga dibujó todas las burriagas peninsulares habidas y por haber: Perfiló las burriagas de una nobleza en decadencia, pero en constante puja; bosquejó con mimo y a la vez sin piedad las burriagas de almas pobres, en blanco y negro, burriagas de doble filo. Cinceló la suciedad de políticos burriagosos, anticipándose a los juicios más exagerados y mandándolos a todos a la cárcel, y para que así pudiésemos descansar en paz.

Luis García Berlanga ha muerto. Sé que no lo ha hecho por gusto, y mucho menos para descansar en paz. Porque el irrepetible don Luis -generoso, honesto, divertido, humilde sin adjetivo, genial...- tuvo la valentía de querer y saber descansar en paz en vida, y aunque ello pusiese en pie de guerra a los muchos burriagosos que abusan de voz y voto en éste país.


viernes, 12 de noviembre de 2010

cuando era diminuto...


Burriagas


...y regresaba a casa después de una tarde de juegos y merienda callejera, chusco de pan, onza de chocolate, mi madre fruncía el ceño y se apresuraba a decirme límpiate esas burriagas.

Burriagas.

Me gusta la palabra: Burriagas...

En mi diminuto recuerdo, tengo presente a algunos niños de mi barrio. Niños cuyas caras permanecían sucias durante todo el día.

Cuando un niño era así, de burriagas insistentes, los demás lo tildábamos de burriagoso; y normalmente lo corríamos a cantazos entre risas.

Pero él no se reía, y si lo hacía -que no creo- no apreciábamos el gesto ¡Por Burriagoso....!

Aquellos burriagosos de mi infancia no tenían necesidad de merendar pan y chocolate para andar así de sucios. Les bastaba con ser pobres; tener un padre en la cárcel, un montón de lágrimas surcando sus mejillas, y una madre que apenas les prestaba atención, pues ella perdía el día limpiando las burriagas de los hijos de los otros.

A los hijos de los otros también los corríamos a cantazos y si alguna vez se atrevían a aparecer por el barrio. No te jode...

Pero no les rompíamos la cabeza por burriagosos, no; sino por vestir ropas nuevas. Jamás les veías con pantalones heredados de sus hermanos, calcetines zurcidos, camisas remendadas...
Qué cabrones; qué límpios iban...

A mi, la verdad, me daba pena correr a cantazos a los pobres y a los ricos, y porque nunca vi a ninguno merendar en la calle ¡Qué hambre no pasarían! los unos y los otros.

Nosotros: que éramos como moscas tanto en número como en razón, y que ahora hemos olvidado cuánta harina es necesaria para producir un kilo de pan, cuánto pan precisamos para acompañar una onza de chocolate, y la velocidad de las piedras que nunca comimos; nosotros, digo, ya no somos nosotros.

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Dedicado a don Luis García Berlanga, quien un día limpió mis BURRIAGAS y para descubrir que, bajo ellas, yo tenía una sonrisa.

Muchas gracias, Luis.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

amores diminutos


Chalcophora mariana

La una parece besar y la otra parece resistirse.

Pero todos sabemos que no es amor todo lo que besa.

La Bella Mariana al aroma de margaritas.

Siempre torpe en su vuelo, pero no eligiendo destinos.



INSECTA
INSECTA PTERYGOGENEA
ORDEN COLEOPTERA
Suborden POLYPHAGA
Infraorden Elateriformia
Superfamilia Buprestoidea
Familia Buprestidae
Subfamilia Chrysochroinae
Tribu Chalcophorini
Género Chalcophora
Chalcophora mariana (Linnaeus, 1758)

martes, 9 de noviembre de 2010

Lucilia caesar



Lucilia caesar


Bonito nombre, Lucilia Caesar, para éste díptero que muchos identificamos como moscón o mosca verde.

En la imagen la vemos alimentándose con el néctar de una margarita, aunque también conocemos otros de sus gustos alimentarios, que van desde consumir, -cuando aún es una larva,- carne poco hecha, hasta estiercol -una vez es adulta, metamorfoseada, y con alas-

¿Qué tendrá el estiercol que a tantos seres alados atráe...?

Esta Lucilia: romana, alada, verde, de brillos metalizados -oropélicos, diamantinos...- esta imperial golosa, digo, podría ser una alegoría de otros dorados, quienes tampoco hacen ascos a cualquier dieta, y pasan de sorber delicados néctares, -entre tinieblas, empero en pública exhibición-, a rebozarse en el estiercol sin escrúpulo alguno.

Es lo que tiene el glamour: que yendo uno bien anillado de dedos, mejor vestido de cuerpo, en avión privado, con dinero público, y con la boca bien estercolada, no hay hijo de dios que se resista a sus encantos... Tan poderosos.

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Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
SubFilo: Mandibulata
Clase: Insecta
Subclase: Holometabola
Orden: Diptera
Suborden: Brachycera
Infraorden: Muscomorpha
Superfamilia: Oestroidea
Familia: Calliphoridae
Subfamilia: Lucilinae
Género: Lucilia
Especie: L. caesar

El abolengo es el abolengo, y lo demás... es solo tanta miseria.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

ramillete de niebla



Fiori nella nebbia

Un encuadre del que suelo huír, como huye la gacela de los Massais.
Una luz de la que bebo, como del venero bebe la fuente.
Unas flores que olvidé, como olvidan los recuerdos.
Una niebla que ilumina, como iluminan tus rodillas de tungsteno.