para justificar la publicación de esta imagen quise y empecé a escribir sobre mi fobia hacia los helados en cucurucho, su relación con unos versos de quevedo y la influencia de estos en calderón y su gran teatro del mundo. De ahí me vinieron al magín aquél beso que me turbó pinito del oro cuando chiquillo, y las horas que pasé en la caravana de los payasos del circo price, la vocación que en mi despertaron y el trauma que me supuso saber que, de consagrar mi vida a los afeites y la farsa, a mi muerte sería enterrado sin alma, sin honores y con unas paladas de desprecio.
Pero no puedo. No puedo porque, es ver la imagen, y en un amén se me saltan las delicadas suturas que aún me mantienen unido a la alegría.
Pero no puedo. No puedo porque, es ver la imagen, y en un amén se me saltan las delicadas suturas que aún me mantienen unido a la alegría.
10 comentarios:
esa imagen me inquieta, en general las procesiones, y en particular los encapuchados siempre me dejan una sensación extraña...
seguramente es que pertenecen a una tradición cultural lejana a la mía, y no solo en lo cultural, si no también en lo religioso.
y aunque puedo llegar a entender, creo que no podría compartir ese (a menudo muy profundo) sentimiento.
como buen hijo de la Costa Brava, no tengo hilo de sutura, pero si un buen acopio de hilo de remendar redes... las suturas no serán tan delicadas, pero... aguantar, aguantan!!!
Hace unos años me invitaron a ver unas procesiones, de esas producidas con gran despliegue de medios (una buena puesta en escena necesita de muchos recursos materiales y humanos, los divinos, suelen terminar en lluvia).
No deja de ser una mise en scène muy atractiva y sugerente.
En cuanto a los sentimientos: respetables todos, exceptuando los que no respetan a los demás.
;-)
Qué maravilla.
(...y ante estas entradas me sale expresarme en tu primer nombre,...:)
Lo de Pinito de Oro, tiene su magia.
Muchos besos.
B.T.C.Ls.Ms.
(...Claro que sí...)
Independientemente de un e-mail que tengo por responderte, sólo quería decirte que te ruego encarecidamente, querido Paco, no dejes de escribir tus enormes comentarios. Verás seguidamente el porqué: ellos son para mí parte de "las delicadas suturas que aún me mantienen unido a la alegría".
Después de esa frase, yo me limitaré a parafrasear, o incluso a remendar humildemente a Quevedo. Por ejemplo:
No olvides que es comedia nuestra vida
de modo que, por triste que estuvieres,
recuerda que el vivir da tanta risa
que es por eso que, al final, te mueres.
Muchas gracias, Paco, un abrazo, y hasta pronto,
Ramón
Ave Maria Purisima...
Grande MartinA, lo de Pinito del Oro y los payasos italianos del Price es un recuerdo, real, vivido, que me acerca al niño que fui.
¿Tuviste la oportunidad de verla en el trapecio?. Única.
__________
Crecemos, luego nos rompemos; de ahí esas suturas ¿verdad, Ramón?
Y cuanto más rotos tengo, más entero me encuentro.
El correo... Ya te comenté que no tengo prisa, de verdad. Antes debo solucionar otras prioridades. Muchas gracias.
A Quevedo hay que remedarlo sin humildad y para ser en verdad remedado.
Ahí va el mío (antiguo, de una antigua comedia):
De quien sin empacho enseña
sus vergüenzas y pandero,
y puesto a mirar, prefiero
aquello que nadie desdeña:
Dorado que sirve de enseña
y que, por ser caballero
estériles bolsas preña
y se adueña voluntades
Comocido -por más señas-
con el nombre de... :)
__________
Com o me gusta verte por aquí, amigo TreeMonks.
Ya sabes: aunque la monja se vista de seda...
Abrazado quedas.
Reflexão exurbitante neste blog, opiniôes como aqui está dão motivação a quem analisar neste blogue :)
Entrega mais de este espaço, a todos os teus utilizadores.
A mí una persona que se tapa la cara no me inspira nada bueno, hay algo que no me cuadra ahí. No veo legalidad.
Ayy qué grimita me da esa foto...
Menos cuando yo me maquillo de payaso ¿a que sí?
;-)
Pues tienes razón! Esa posibilidad no la había contemplado! :)
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