Es una dehesa boyal y aún lo será por muchos años. Está situada en
PIEDRALAVES, Ávila, un pequeño pueblo gesticulando en la cara sur de la sierra de Gredos. Hace unos años
los ediles de turno se empeñaron en convertir éste paraíso en un campo de golf, y para ello concedieron los terrenos a una empresa privada, y lo hicieron por una suma simbólica; ridícula. La alcaldesa que promovió la hazaña es también una ridícula, y ridículos son los ediles que la apoyaron; ediles pertenecientes a los dos partidos que se han enquistado en la península y que en muchos casos han llegado a convertirla en algo similar a
Marina & Dolors, Ciudad de Vejaciones.
No lo consiguieron. Y no lo hicieron porque el pueblo se movilizó para impedir que le robasen lo que suyo es. Y también se movilizaron muchos blogueros escribiendo cartas de protesta que llegaron hasta quienes intentaron apropiarse de lo que no es suyo. ¿Queda claro?: Cuando a uno le están robando ante sus propias narices, no sólo hay que denunciar al ladrón, sino que también, y cuando sea preciso, hay que amarrarle las manos; por muy edil que éste sea.
Apenas se aprecian, pero sobre los árboles de la imagen hay decenas de cigüeñas confortadas en sus nidos. Tampoco se me aprecia a mi, pues estoy tomando fotos trescientos o cuatrocientos metros arriba, en la sierra, y confortado por la niebla.
Es ahí, en el confort de un pequeño gesto de la cara sur de Gredos donde me acurruco con más frecuencia para hacer mis macros de insectos; ahí es donde me pierdo para intentar encontrarme, y desde ahí es que diviso la dehesa boyal y a sus rebaños bebiendo en el río Tiétar.